Organizaciones que aprenden

La puesta en marcha de este tipo de organizaciones sería buena en nuestra sociedad ya que los centros se irían modernizando de forma constante, y aunque es verdad que esto es bastante trabajoso y difícil, llegaría un momento en el que no resultaría nada complicado porque se vería como una rutina.

Lo más complicado que veo para que se pueda dar una organización que aprende es la colaboración entre el profesorado y la visión tan sumamente cerrada que pueden llegar a tener algunos profesores con respecto a la innovación de sus modos de actuar en el centro, cosa que espero que con el tiempo se suprima, pues no hay que cerrarse tanto a las nuevas ideas, sino que hay que verlas con profundidad y sumo detenimiento para luego discutir tranquilamente sus ventajas e inconvenientes ya que tampoco es una decisión que haya que tomarse a la ligera.

Es verdad que todas las organizaciones tienen algo en común, que une a todas; pero lo que más me ha llamado la atención es que las organizaciones que aprenden están tomadas casi a imagen y semejanza de las organizaciones empresariales y es quizá por ello por lo que, sumando lo mencionado en el párrafo anterior, no se han llevado aún a la práctica de los centros, porque aunque la idea de puesta en marcha de estas es buena, habrá que cambiar algunos aspectos con respecto a la organización empresarial, ya que una empresa no es lo mismo que un centro aun cuando desde el punto de vista organizativo se parezcan.

Lo que si que queda claro es que si la visión de la sociedad y sobre todo del profesorado (pues al fin y al cabo es el que elige la forma en que se trabaja en su aula) con respecto al funcionamiento de los centros no cambia, la escuela seguirá inmersa en un mundo muy antiguo en el que la palabra “innovación” dejará de existir, aunque también es verdad que las nuevas generaciones seguirán luchando para que esto no ocurra.